Las 5 preguntas clave sobre la tesis plagiada de Sánchez que siguen sin respuesta un año después
El presidente no ha dado la cara en sede parlamentaria por los plagios en su tesis pese a que la oposición se lo ha exigido en el Congreso y en el Senado
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Un año después de que estallara el caso de la tesis doctoral plagiada del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y de que éste amenazara con querellarse contra OKDIARIO, Abc y El Mundo por publicar informaciones sobre este fraude académico, hay sobre la mesa cinco preguntas clave a las que ni el líder socialista ni la Universidad Camilo José Cela (UCJC) han dado respuesta. Tampoco lo han hecho ni su directora de tesis, Isabel Cepeda, ni el tribunal amigo que lo evaluó. Su entorno de aquella época también guarda silencio sepulcral, como es el caso de Carlos Ocaña, asesor del entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián, y coautor con Sánchez del libro ‘La nueva diplomacia económica española’ (Editorial Delta, 2013), con contenido idéntico al de su tesis.
Pese a que la oposición pidió explicaciones a Sánchez en el Congreso de los Diputados e incluso llegó a constituirse una comisión de investigación en el Senado a instancia del PP (no pudo acoger ninguna comparecencia al producirse el adelanto electoral), el secretario general de los socialistas nunca ha dado la cara en sede parlamentaria sobre los plagios en su tesis, más allá de mentir hace ahora un año cuando dijo al líder de C’s, Albert Rivera, que dicho trabajo estaba accesible en Teseo y, en realidad, no era así.
OKDIARIO formula aquí las cinco grandes incógnitas sobre la tesis ‘fake’ de Sánchez, presentada a finales de 2012 bajo el título ‘Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012)’, que aún no han sido resueltas:
1) ¿Planearon Sánchez y Ocaña publicar primero el libro sobre diplomacia económica? ¿Se valió el líder socialista del material privado que en dicha tarea habían recabado del Ministerio de Industria para luego elaborar su tesis?
Hay varios indicios que abonan esta idea. Uno de ellos es, por ejemplo, como ha publicado OKDIARIO recientemente, que Sánchez llegó a registrar su polémica tesis doctoral con un título distinto al que luego empleó para la presentación y defensa de la misma. Así lo ha revelado la wiki SánchezPlag, espacio colaborativo de internautas, a partir de un trabajo de 2015 del investigador Manuel Blázquez Ochando que recuperó fichas incompletas de tesis doctorales procedentes de la base de datos TESEO.
En concreto, ese título distinto que llegó a registrar Sánchez fue ‘La UE: ejemplo de integración económica regional’. Como directora ya aparecía Isabel Cepeda, y como descriptores temáticos: «Economía del área europea» y «Economía sectorial». En cambio, la tesis defendida fue sobre diplomacia económica y el descriptor que figura en su ficha es «Economía Internacional».
2) ¿Cuándo aplicó Sánchez a su tesis los programas anti-plagio que esgrimió el Gobierno para negar que hubiera copiado? ¿Qué licencias de software utilizó? ¿Y dónde están esos informes?
Moncloa reaccionó rápido para desmentir el plagio de Sánchez y decir que sólo hay «coincidencias» con los documentos originales al 13% según el programa Turnitin y al 0,96% según PlagScan. Sin embargo, esta maniobra presentó importantes lagunas. Por ejemplo, se desconoce cuándo realizó Sánchez tales chequeos a su tesis. No hay certeza de si fue tras la dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, días antes por plagiar su TFM o con el ‘Tesisgate’ del presidente ya en la prensa. Tampoco se sabe cómo puso usar Sánchez tales programas antiplagio, puesto que estas herramientas no conceden licencias «privadas». Y lo más significativo, Presidencia nunca ha mostrado los informes de esos chequeos (¿se usaron recursos públicos?), que siempre van a dar un porcentaje de plagio inferior al real puesto que no acceden a documentos reservados (esto es, que no son públicos), como material del Ministerio de Industria fusilado en la tesis de Sánchez.
OKDIARIO efectuó el mismo examen que teóricamente llevó a cabo La Moncloa con el programa Turnitin y el resultado fue que el porcentaje de contenido copiado no es del 13% sino del 16%. Por su parte, la firma alemana PlagScan emitió un comunicado en el que elevó esas coincidencias a un 21%. ¿No es suficiente plagio para Sánchez dimitiera? En Alemania, sí.
Por ejemplo, Sánchez copió párrafos enteros de un discurso del entonces ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, pronunciado el 6 de junio de 2011. El actual jefe del Ejecutivo no entrecomilló ese discurso y lo presentó como si fuera una investigación propia al referirse a los «principios básicos» del nuevo Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Sánchez se limitó a poner una nota al pie, que luego recogió también en la bibliografía.
3) ¿Quién o quiénes como responsables académicos de la UCJC dieron el visto bueno al trámite y la defensa de la tesis?
La Universidad Camilo José Cela de Madrid (UCJC) rechaza hacer públicos los nombres de las personas que autorizaron tanto lectura de la tesis ‘fake’ de Sánchez como la composición del tribunal amigo. La Institución Educativa SEK, propietaria de la universidad, se niega a indicar qué expertos formaron parte de los filtros académicos por los que pasó la tesis antes y después de su depósito en octubre de 2012.
Tras interesarse OKDIARIO por tales filtros académicos, al margen de la directora de la tesis, Isabel Cepeda, y los componentes del tribunal que le dieron apto ‘cum laude’, la contestación de la Camilo José Cela ha sido la de no arrojar luz alguna en otro ejercicio de transparencia cero. «La UCJC dio respuesta a este asunto, basándose en toda la documentación existente en la Universidad, confirmando que el proceso de evaluación, interno y externo, de la tesis del doctor Sánchez Pérez-Castejón del año 2012 se produjo de acuerdo a la normativa vigente y a los protocolos de verificación y control habituales en el ámbito universitario», señaló la institución a este periódico recientemente.
Nadie de la UCJC ni ninguno de los autores plagiados se ha dignado a pedir a la institución académica que sea revisada estas tesis, donde la wiki (espacio colaborativo) denominada SánchezPlag —primer apellido del presidente del Gobierno y diminutivo de ‘plagiarism’, plagio en inglés— ha detectado que al menos el 51,9% de la tesis doctoral del jefe del Ejecutivo está plagiado o contiene errores, según la investigación online que publicó OKDIARIO.
4) ¿Por qué tuvo Sánchez bloqueada al público su tesis doctoral durante seis años?
Desde que presentó y defendió este trabajo a finales de 2012 hasta que estalló el ‘Tesisgate’ en septiembre de 2018, Sánchez mantuvo su tesis doctoral bajo siete candados. Sólo se podía consultar presencialmente en la biblioteca de la Universidad Camilo José Cela y bajo su autorización expresa. El hecho de tener tanto recelo a hacerla pública es indicativo de que esta tesis no era una investigación relevante que aportara nuevos conocimientos. Sánchez debió ser consciente de ello y nunca quiso que su publicación —el libro fue la coartada— truncara su proyección política, siendo entonces un perfil que empezaba a ser tenido en cuenta para el futuro del Partido Socialista.
Entre otros expertos, el economista y ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Manuel Conthe hizo en declaraciones a OKDIARIO un análisis especialmente demoledor de la tesis de Sánchez: «Desde un punto de vista científico, la tesis parece superficial, banal e inane. Se comprende que Pedro Sánchez haya querido mantener su tesis en secreto: no solo por la infinita mediocridad intelectual que sus conclusiones rezuman; sino también por su tono acrítico y laudatorio».
5) ¿Por qué se tapa el presunto delito de plagio que hay en el libro-tesis de Sánchez y Ocaña por fusilar una conferencia del diplomático español Manuel Cacho?
El diario El País publicó el 20 de septiembre de 2018 la siguiente noticia: “El libro de Pedro Sánchez y Carlos Ocaña copia párrafos de la conferencia de un diplomático”. El subtítulo fue: “La Moncloa sostiene que se trata de ‘un error involuntario’ y los coautores se comprometen a subsanarlo en el plazo más breve posible».
Pero aquí lo mollar: Sánchez y Ocaña copiaron sin entrecomillar ni citar la fuente original decenas de párrafos de cinco de las siete páginas de una conferencia que el diplomático español Manuel Cacho pronunció en un simposio de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) el 25 de febrero de 2013. En total, citan sin referir 454 palabras.
De los otros cinco copiados que hay en el libro-tesis, la versión de Moncloa, según recogió el rotativo de Prisa, fue que «todo está en orden» porque eran documentos o intervenciones de instituciones del Estado y «no generan derechos de autor por no tener la consideración de obras, ya que son de uso público al formar parte del debate político».
Sin embargo, el plagio de Sánchez y Ocaña a Manuel Cacho si es materia de delito, a tenor del fallo del Tribunal Supremo en abril de 2019 que archivó la querella de Vox en relación a la tesis del líder socialista.
El Alto Tribunal, que apuntó a la Camilo José Cela para que ésta salga de su inacción, esgrimió que «la mayor o menor originalidad de una tesis, su valor dogmático y, en fin, lo verdaderamente innovador de su contenido, son cuestiones que han de ser evaluadas en el ámbito académico y totalmente ajenas al Derecho Penal». El Supremo se basó en que no se le puede aplicar el delito de plagio (contra la propiedad intelectual) porque no hubo intencionalidad de lucro por parte del autor con la tesis doctoral. Pero, ¿y al libro?